lunes, 22 de junio de 2015

Lote

  Abrazados en el lote baldío de nuestro amor, con frío de madrugada, esperamos ansiosos los desperdicios mañaneros de los vecinos, la basura que día con día tiran aquí, a la misma hora, casi religiosamente, calienta nuestra pasión, nos sirve de cobijo. Luego vienen las fogatas, porque entre los vecinos también hay maldad: llantas quemadas que producen humo negro. Lloramos y tosemos. A punto de ser abrasados en nuestro abrazo, con las caras tiznadas, huimos de la contaminación local para irnos a refugiar a otro nicho reciclado.

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