Domingo por la mañana desadjetivada y lánguida, abre un ojo primero otro después, secreciones llenas de remordimientos, almorzar para recordar algo incorrecto, caliente picoso con erección, tacos ahogados los impulsos, posible deshidratación del ánimo. El hijo, persistencia cuestionable, es descrito a medias negras. Flash back, es decir, conciencia de lo que se está siendo en el filme de la vida. Historia o cuento entre amigos que toman caguamas, cervezas oscuras en envase retornable de un litro y medio. En vez de llegar a su cama, propiedad privada y parentesco, entró al lecho materno, sin avisar, contra la intimidad, tan cara que es la castidad después del primer desliz. Sola ella, familia de dos, sola en su cama matrimonial, al fin y al cabo y el milenario incesto y el mal de occidente y también pasa en otros lugares y la mente es débil y vil y más cuando está medio dormida. La progenitora se dejó querer, total fatal carnal, era Maya retorciéndose y era Gea con camisón trasparente, el velo de ladrillo no bastó, estaba abierto, las puertas y las ventanas afean a la mónada, ilusión por voluptuosidad. Ocurrió durante el día diez, apenas comenzaban los festejos, mariachis justificando su existencia, como una maldición terrible que ya se espera, la tragedia se repetía, era el sino inevitable de la estirpe de Lot invertido.
Llegó borracho, un chancho sacrificio a los dioses, único familiar cercano, por eso era imposible el No. Con traje se veía más rollizo, hinchado de tanto trago, con el nudo de la corbata todavía hecho, se decidió, el acto que Jesús no quiere ver pero quiere ver. Ya era costumbre de lumbre el estar alcoholizado la mayoría del tiempo Aión, hasta la madre el codo del día roto, mexicanismos freudianos desde el laberinto de la melancolía. Ser adulto es esto cesto de basura de los traumas y las dudas, muy seguro de sí mismo, como ver a una ambulancia pasar sin taparse los oídos; jamás preguntó qué con lo del Padre, dónde está, por qué se fue, la servidumbre afectiva en un rincón. Entró sin-hacer-haciendo-ruido, según su alterada percepción muñón de neurona, no la despertó, ella ya estaba despierta. Quiere creer que durmió tranquila la mente, como si la hubieran agarrado a patadas, mente dormida jamás será vencida, desmayada y ultrajada. Es la versión subjetivísima, aún faltan los recuerdos del cuerpo puerco de caricias marginales. Satisfacción culpable, ¿la cura será la repetición? Las miradas frontales, lo incómodo de comentarlo enfrentarlo afrontarlo, cambiarse de casa colonia estado país, cualquier indicio de arrepentimiento podría cerrar la posibilidad de la siguiente y la siguiente y la siguiente. Fin en la orilla, con omisión, es como es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario