viernes, 5 de junio de 2015

Lista de mercado

Te preguntarás,
si es que te has preguntado algo alguna vez,
dudo de ti,
esta lista de mercado qué, para qué,
a dónde va, de dónde viene, río.
Sin rima, ni orden ni medida,
letras aburridas-aglomeradas-estancadas,
c
a
i
g
o.

Ocurrencias de borracho meado,
ése,
el que cambia libros por pesos,
pido.
Sé de la búsqueda,
del hambre y del aburrimiento de los peces,
atiendo la tienda de la tía.
Un artista que dé buenos espectáculos,
un payaso que nos divierta más,
lloro.
Poemas de verdad,
arte de verdad,
muerte de verdad,
ofrezco pura imitación,
hablo.
También la he buscado,
la basura pasa los martes a las ocho (8),
cuelgo.
Ensayo literario,
prosa poética,
influencia del diablo,
herpes en los labios,
entiendo.
Por las avenidas del desprecio
el ayuntamiento va echando chapopote y grito:
¡Encuentro muy pendejo al espejo!
Guerra y calcetines,
MAYÚSCULAS y minúsculas,
pienso:
Noise en las cabezas de los otros,
ruido,
así le llaman y cuesta varios verdes,
peleo.
Tengo la razón ponchada,
lista para irse al matadero,
silencio,
larga ausencia.

Aquí en medio van todos los puntos que no pongo,
todas las comas y lisuras.

Interferencia de los monstruos,
la señal se pierde entre callejones polisemánticos.
Porque ya se estará muriendo el perro en la central de camiones.
Porque ya se estará pudriendo su cuerpo en el anden número 43.
Porque utilizar el número 3 después del cuatro es recordar los hechos.

En este desorden de ideas mataron en Michoacán a otros 43,
prefiero agua sola, gracias.
Le da identidad a lo que digo estar hablando de asesinos,
hasta la corbata es roja.
Podría utilizar el número 9 pero no lo hago,
el halago del quédate quieto,
nueve.
En el horóscopo dijeron que era el mío,
que tendría un premio chancho.
La suerte echada bajo la predestinación de la cobija,
oro en la fría madrugada.
Papel y lapicero en vez de medios electrónicos,
el envés de la moneda analógica.
Mis sentimientos gatito en la calle,
alimento para aves, pensamientos truncos.
Llueve y tengo gripe,
tengo algo en la nariz,
tengo fluido el sentimiento vago.
Los mocos se me escurren,
el papá mira en la tv al Papa Francisco,
me sueño.
Un gordito con lentes se acerca,
enseña las credenciales del INBA,
te sueño, lo que hago es para ti,
gordito.
Cerca está el velador del estilo,
opinar sobre todo,
sobre nada,
enfermedad del lomo decía Rodrigo.
No llames poesía a tus delirios,
reclama el gordito,
el gusto se destruye cuando hablas.
Amenaza con llamar a la policía si no paro,
aprieto el esfínter del tiempo y voy al baño.

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