Tres veces esta fragata encalló, ternaria mentira del naufragio a medias. Verdad semiacuática: un chinchorro que no puede hacerse a la mar, verga sin vela, mi embarcación es un pecio varado en los extremos del ser. Soy el interdicto de esta batalla naval, peleo contra las rocas, por locura estoy condenado a la orilla, un sábalo estéril que confunde a las caracolas con espuma. Yo, náyade transexual, en el lugar donde revienta la calma escribo: "Quisiera ser piélago, pero no soy profundo en nada, no nado en el abismo". Insolación, deshidratación y ahogamiento al mismo tiempo. ¿Quién descifra los mensajes de la rémora? Desde la arena, y sin estar en ella, veo un horizonte subrayado de sol y humedad, el entrecomillado garzo y salado que pesca una oración de infinito. Coma sobre coma como ola sin lograr. El ir y venir, el estar y no estar, embarrancado híbrido que no se puede zafar.
lunes, 22 de junio de 2015
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