Cada mañana
proponíase
odiar
a alguien nuevo
no tan viejo.
El desprecio a sí mismo
y hacia los otros/de/más
el pan
con mantequillla
café sin azúcar
jugo de naranja
consuetudinario.
Pero
saludaba al vecino
que siempre dejaba
la basura afuera
la música alta
lameculosdemierda.
Y
(porque la conjunción es sagrada)
también le daba los buenos días
al mercachifle de la esquina.
jueves, 24 de mayo de 2018
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