Que no le digan,
que no le cuenten,
la enfermería es elocuente
cuando la hacen con el pendiente
de no lastimar al pobre paciente.
Triple fractura tuvo su brazo,
quedó con clavos como Jesucristo,
en tres pedazos por el madrazo,
si el otro chófer los hubiera visto.
Quita las vendas y el algodón,
grita la jefa ¡me duele un chingo!
saca la férula con precaución,
hay que saber no pegar el brinco
ante la angustiosa lamentación.
Aquí se acaba esta canción,
tenga cuidado no se apendeje,
nunca se olvide de la atención,
pues nada avisa el accidente
y en esta vida hay cada ojete.
jueves, 24 de mayo de 2018
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