El músico dijo: "Hágase la luz" y la luz iluminó la pista, después vino el güiro, la conga, timbales, teclado y saxofón; pero aún faltaba algo. Hasta que el bajo sonó por primera vez el mundo estuvo completo. El séptimo día también fue de fiesta. Las voces celestiales corearon todos lo éxitos de la creación y la cumbia se convirtió en el himno de la humanidad. Lo terrible fue que nadie le pagó a la banda y dios no paraba de pedir canciones.
jueves, 24 de mayo de 2018
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