Francisco Goitia romantiza las grotescas apariciones de su niñez. Antes del viejo en el muladar estuvieron los paisajes con colgados. José Inés García Chávez (o Chávez García) envía pedazos de sus víctimas a los familiares, para que aprendan a respetar al Robin Hood de la sierra. En el mercado los vegetarianos se asustan con los cuerpos desollados de sus ancestros, cerdos asquerosos, ¿qué le hicieron a los pobres animalitos de la creatio ex nihilo? A ciento veinte el kilo de marrano, está fresca la cabeza. Tuércele el cuello a la gallina, toda viva, métela en el agua hirviendo, para que las plumas sean arrancadas con mayor facilidad.
El renacimiento uruapense en plena barbarie artificial. Los muy santos se sorprenden porque el de las hamburguesas no les pone tocino a las sencillas. Allá, en el lejano 2008, aún se podían leer los carteles de advertencia: "Te ba a cargar la chingada ijo de tu puta madre, fulanito de tal, nadie se mete con nozotroz, savemos donde bives, bamos por tu familia". Pero, por acuerdo entre los medios desinformativos y las autoridades, ahora ya ni eso. Noticia nacional, la creatividad de los encabezados: "Otra vez guacamole humano".
Aprenden a caminar sobre las brasas. Mientras conserven los brazos y las piernas, cargarán la cruz. Desde lejos, la ley observa, ¿qué será eso rojo que brota de los muñones? Los buenos días no se dan debajo de los puentes. Seguramente alguien dirá: "Estamos investigando". El fondo es esa tela semitransparente que sirve para despistar a los morbosos. Jamás sabrán de quién era la pierna sobrante. A esto se le llama puzzle en inglés, pariente pocho del mexicano pozole, aunque hoy es jueves y el cielo pega el grito en el suelo.
martes, 16 de junio de 2020
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