martes, 16 de junio de 2020

Las cucarachas salvajes

Estoy en Hospital Civil, me tocó velar el sueño de la madre, ha sido mi hermana Yolanda quien se ha quedado con ella más noches durante estos quince días. Me traje "Los detectives salvajes" de Roberto Bolaño para releerlo, quiero escribir sobre este gordo libro.

Alrededor de la una de la mañana me pegó el cansancio duro, anoche dormí cuatro horas, cerré el libro y me tiré al suelo, una delgada sábana la hacía de cama. A los pocos minutos caí en un sueño con Arturo Belano, Ulises Lima, Cesárea Tinajero y los otros personajes de la novela del chileno.

No tardé mucho en ese cotorreo onírico, en duermevela sentí que algo me caminaba por la cabeza, cara y cuello, no era soñada la sensación, definitivamente. Desperté y vi que las cucarachas tenían fiesta en mi humanidad, me levanté sacado de onda, me sacudí, aplasté a algunas sin querer, los otros animalitos del señor regresaron a su guarida secreta, eran bastantes. Decidí seguir en la lectura y dejar el descanso para después.

Bajé por un café al puesto que no cierra nunca, justo a un costado del nosocomio. Una señora con mandil roncaba en el rincón, otra mujer más joven, quizá la hija de la bella durmiente, atendía. Pedí mi bebida y mientras la preparaban noté que algo se movía en la mesa, eran más cucarachas, no sé si primas de las de arriba, tercer piso, pero opté por cambiar mi pedido por un refresco cerrado. No me lo terminé.

Ahora escribo esto en el pasillo del hospital, acabo de ver otra cucaracha mientras leo que Ulises Lima no regresó de Managua: "Un día le pregunté en dónde había estado. Me dijo que recorrió un río que une a México con Centroamérica. Que yo sepa, ese río no existe. Me dijo, sin embargo, que había recorrido ese río y que ahora podía decir que conocía todos sus meandros y afluentes. Un río de árboles o un río de arena o un río de árboles que a trechos se convertía en un río de arena. Un flujo constante de gente sin trabajo, de pobres y muertos de hambre, de droga y de dolor. Un río de nubes en el que había navegado durante doce meses y en cuyo curso encontró innumerables islas y poblaciones, aunque no todas las islas estaban pobladas, y en donde a veces creyó que se quedaría a vivir para siempre o se moriría".

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