Lo más terrible de la muerte está relacionado con el dinero, marcharse sin dejar cubiertos los pagos mortuorios es una grosería, como aquel que se sale del restaurante y obliga a sus amigos a cubrir su consumo. Nacer cuesta mucho y morirse no es para pobres. La mala voluntad del que se muere sin avisar, "que los otros se hagan cargo".
Cada persona, mayor de edad, debería liquidar sus gastos funerarios. Ser responsable del monto que, inevitablemente, implica el dejar de ser. Si todos nos vamos a morir, hay que ir ahorrando. Qué gran negocio resultó esto de irse a la chingada.
martes, 16 de junio de 2020
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