martes, 16 de junio de 2020

XXI en romanos porque los árabes son tacos

Yo nací el mismo día que Celia Cruz y Dizzie Gillespie. Yo nací el mismo día que murió Jack Kerouac, el escritor de las dos ka. Fue un 21 de octubre cuando Neruda recibió el Nobel y el señor que le da nombre a estos premios también nació un veintiuno del mes diez. La wikipedia dice que en República Dominica hoy celebran a los poetas y de este país me gusta mucho El Hombrecito.

Mi madre se llama Yolanda Reyes Martínez y mi padre Carlos Rojas Mena. Soy el mayor de seis, tres hermanas y tres vatos cholos pura sangre cual caballos. Mis abuelos maternos son Virginia y Eliseo; los paternos llevan por nombre Carmen y Humberto. Mis raíces se encuentran en Tehuacán, Puebla; El Zapote, Cuanajo; y en Zihuatanejo, Guerrero.

Desde muy pequeño he sido un bueno para nada, profesión que he desarrollado con éxito. En el preescolar le aplasté los dedos a una niña con la tapa del aljibe, aún tengo esa pesadilla, fue un accidente de chamaco travieso. Cuando estaba en la primaria me peleé con todos los abusadores de mi salón, a unos les gané y a otros les demostré que yo no servía para el box. La secundaria no fue lo mío, tampoco la preparatoria y menos la universidad. Son las amistades mis diplomas.

A los 36 años sigo creyendo en la Virgen de Guadalupe (kitsch), Federico Nietzsche, el Tío Gamboín y en los semáforos. Mi película favorita es "Pueblo de Madera" de Juan Antonio de la Riva. En la música no puedo dejar de escuchar "¿Por qué me la dejaste querer?" del gran Bola de Nieve. Aunque me gusta mucho leer, ahora sólo pienso en esta frase de Lichtenberg: "He notado claramente que tengo una opinión acostado y otra parado".

Vivo con una mujer a la que amo, ella sabe que soy una perita ácida, más bien con lama. Han sido catorce años de estira y afloja, las estrías del querer nos indican que hemos crecido, por eso no hay crema reconstructora que valga, Raquel Almaguer.

Quisiera que la mía fuera una historia escrita por Marguerite Yourcenar, eso quisiera. En cambio les traigo estas ruinas que ven, me repito tanto que qué flojera. Tampoco es tan importante cumplir años, lo interesante son los regalos, ya sé que nadie aplaude.

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