miércoles, 26 de agosto de 2009

Entrevista a Caliche Caroma

Por Francisco Méndez

  Según sus propias palabras, Caliche Caroma nace en Morelia, Michoacán el día 21 de octubre del año 1983, bajo el feo nombre de Carlos Rojas Martínez. Una vez alcanzada la adultez, su nombre fue sustituido por el seudónimo ‘Caliche Caroma’. Creció en el barrio de Prados Verdes (Prados Mueres), donde tuvo sus primeras peleas y amores.

  Estudiante de filosofía sin titular ( y sin miras a titularse), publicó en el extinto 2014 dos libros: “Prisa. Genuflexiones Verbales para toda ocasión” y “Todo y siempre, casi y quizás”. Ha colaborado en las revistas Hilo, Revés y Clarimonda. Actualmente colabora enSilabario y la editorial Jitanjáfora lo incluyó en la antología “Narradores Emergentes”. Se autoevalúa como un percusionista mediocre y extraña a su amigo José Ruiz Maldonado, muerto en diciembre pasado. El mar le arrebató su existencia y Caliche se reconcilia con el mar.

¿Qué le apasiona?

R. Me apasiona la vida, vivir es una aventura, una aventura peligrosa y divertida, a veces triste. La lectura, los libros, son el vehículo fantástico en el que me muevo en esta carretera vital.

¿Qué está leyendo actualmente?

R. Leo “Benito Cereno” de Melville.

¿Qué temas son recurrentes en su obra?

R. La muerte, porque, como dice Heidegger, desde que nacemos estamos preparados para morir. Y lo digo no como algo fatalista, no me corto las venas con un bolillo, más bien lo pienso como un recordatorio de mi finitud, con el corazón en la mano escribo, vivo en la orilla, la muerte siempre presente en lo que digo y escribo.

¿Hay algún libro o película que haya marcado su quehacer artístico?

R. Varios, digo, esta pregunta es un lugar común, cuando me preguntan esto me saco un poco de onda, ¿cómo contestar? La obra de Reinaldo Arenas marcó mi vida profundamente. Menciono un libro: “Un redoble muy largo” de Manuel Echeverría. Soy un cinéfilo, lo confieso. Cronenberg, Kurosawa, Tarkovsky, el cine me ha enseñado tantas cosas, como dice mi buen amigo Jaime, “el cine es el espejo humeante”; una película importante para mí es “Bajo California. El límite del tiempo”, del director Carlos Bolado.

Recientemente, ¿Qué muestra artística le resultó sorprendente?

R. La Librósfera. Memoria, letras y resistencia. Porque este evento que organizamos en diciembre (del 10 al 14 en Jeudi 27 y Cactux Bar) fue algo mágico, sorprendente que con muy poco presupuesto se armó el encuentro, Librósfera se logró a base de empeño y buenas voluntades, y tuvo contenido de calidad. Algunas de las personas que participaron en él fueron: Armando Vega gil, Paco Barrio “El Mastuerzo”, Damiana Leyva, Óscar Molina, Jaime Vieyra, Ramón Méndez Estrada, entre otros.

¿Qué actividad encuentra particularmente placentera?

R. Comer, viajar, leer y por supuesto, el sexo.

¿Qué escritor le asombra?

R. Reinaldo Arenas.

¿Qué música le alegra?

R. El son, todo el son.

¿Qué le irrita?

R. La burocracia, los partidos políticos, los concursos literarios.

¿Colecciona algo?

R. Fotografías mentales.

¿Qué bebida prefiere?

R. Mezcal.

En una palabra, ¿Cómo definiría a Morelia?

R. Bombelia.

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3 comentarios:

arcangelic dijo...

Y me dices machista a mí hijo de la gran verga. La verdad es que ese García Ponce era puto y estaba jodido por la esclerosis múltiple. Es casi lo mismo que tú y yo, que sufrimos de una puta enfermedad cerebral degenerativa desde que comenzamos a existir

Cristy dijo...

qué irónico: este señor terminó dependiendo exclusivamente de su mujer. Nos salió Guadalupano.

Larisa Escobedo dijo...

inevitable. este texto lo escribio un hombre.

una mujer-objeto es perfecta no por todo eso que dijo el autor, sino porque no dice que NO a nada. acepta todas las fantasias infantiles del macho-ninho y con una sonrisa. es una barbie.

lo ironico es que los hombres no vean como el feminismo los ha liberado del machismo (dandoles, por ejemplo, derecho a ser tiernos, calidos y amorosos y no solo unos borrachos golpeadores). El machismo no es solo la dominacion de un genero sobre otro, es aceptar el poder dentro de nuestra cama.