miércoles, 14 de agosto de 2013

La carretera

  Así ocurrió el abandono a alta velocidad, un dejarse ir cacofónico sobre el asfalto del entendimiento, una pista con curvas mojada de sangre, a posteriori, embarrado de narración que todo lo ve y todo lo sabe. La palabra “siempre” también ha aparecido a temprana hora, como “todo”. Alguien dijo: Quiero, deseo, voluntad, individualidad. Pero nadie dijo pero. Es que desperdiciamos nuestras mejores balas en cuerpos podridos de esperanza, no tiene sentido, nosotros somos poderosos, quinientas veces uno, lo único incómodo es la juntura. Raspábamos nuestras rodillas, apretados, mientras escribíamos con teclas de plástico, el tema era la tala inmoderada, aunque algunos rebeldes escribían sobre los círculos y sus misterios. Entonces nos impactamos unos a otros. Así fue el abandono, así ocurrió el yo.

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