domingo, 2 de octubre de 2016

Miau

Su misoginia, pedofobia y soledad se derivan de la misantropía enquistada que le acontece, así mismo su fotofobia y homofobia; la primera porque no le gusta salir en el día, agorafobia y antropofobia combinadas; la segunda es sólo una vertiente más de su desprecio por la humanidad, efecto rebote. No es nada personal, explica, para él la existencia es una pedrada que no acaba de matarlo, como si un dios vengativo y perverso gozara con su sufrimiento y lo atormentara con la continuidad en el ser, seguir viviendo como afrenta. Pero lo peor de todo, y esto sí le entristece, es que tiene alergia a los gatos, a los que ama con locura.

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