jueves, 27 de junio de 2019

Familia, mujeres y estadísticas

"Para romperte la madre nadie como tu familia", con esta frase la película Crónica de un desayuno intentó ganarse un poco de público allá, en el lejano 2000, fecha futurista del pasado. Hoy, martes 21 de mayo de 2019, después del asesinato y violación de una niña de once años en Las Trojes, Pátzcuaro, el enunciado toma otro cariz.

Ayer hablaba con Raquel Almaguer sobre este crimen, le expuse mi corazonada, "creo que el asesino es alguien de su familia, ¿quién más sabía que la pequeña estaba sola?", mi interlocutora guardó silencio, ambos hemos tenido conocimiento de cosas terribles llevadas a cabo por los "seres queridos" de las víctimas.

Hace rato leí los boletines que están difundiéndose sobre el cobarde acto, informan que el principal sospechoso es el hermanastro de la pequeña, un joven de 23 años de nombre Isidro. En otras notas explican que su hermano mayor no estaba con ella porque fue a laborar como repartidor de pizzas. ¿Por qué es peligroso que una niña esté sola en su casa?

La chapa forzada, la menor de edad golpeada, violada y degollada; la mamá y el papá regresaron por la madrugada, habían salido a trabajar, encontraron a la chiquita sin vida y, puedo imaginarlo, en un charco de sangre; pesadilla sobre la que hay que reflexionar, tratar de entender qué está detrás de todo esto.

Diariamente, y debería asustarnos esta cotidianidad, niñas, adolescentes, decenas, centenas de mujeres son violentadas, vejadas por parientes, vecinos, amigos y desconocidos; la balanza nació desequilibrada, ni la mitad de la mitad de estos casos se denuncian, y como quedan en la impunidad, muchos (y muchas, hay que decirlo, también hay mujeres que violan y matan a otras mujeres) no lo piensan dos veces y cometen crímenes como el de la niña de once años que ayer se convirtió en una cifra más, estadísticas del mal, pues ni su nombre sabemos.

Cifras: Son asesinadas, aproximadamente, 140 mujeres por año en Michoacán, según cifras comparativas de Humanas Sin Violencia, Inegi y periódicos como La Jornada y Milenio. Pero faltan los casos que no se denuncian.

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