lunes, 14 de marzo de 2016

Nariz de perro gris

Ya no sé qué estupidez publicar aquí, muchos dicen que es mejor el silencio entre tanto griterío, hablan de la contemplación, el dejar ser, pero es que soy muy necio y hocicón, no hago caso a casi nada. ¿Quién conoce la terrible soledad que siento por las madrugadas cuando me paro al baño porque cené de más? De igual forma ignoran que mi familia se destruye cada día un poco más porque no hay odio más profundo que el que se da entre parientes cercanos, esto no lo pongo acá. Tampoco me expongo y digo que hoy fui a buscar prostitutas por la vieja central de Morelia, que encontré a una que había sido golpeada por sus colegas y platiqué con ella sólo para conocer su historia, le invité un refresco mientras me enseñaba sus moretones. También podría informar al atento espectador virtual que siento nauseas cada vez que abro el fb y encuentro las quejas, propósitos, sueños y gustos de mis amistades (¿?) en esta trampa binaria. Que debo dinero a la mitad de Morelia, que los amigos sólo lo son cuando ellos piden pero no al revés. No "posteo" que el mundo, el mío, apesta a mierda, que la frustración predomina y la sinceridad escasea. Sin embargo opto por el epigrama, me acuerdo de Andrés Henestrosa, Salvador Elizondo y Ramón Gómez de la Serna, el recuerdo me hace reír, en vez de soltar el llanto lanzo una carcajada y escribo estas tonterías. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es lo verosímil? ¿Quién soy yo?

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