viernes, 8 de mayo de 2015

  Un niño tiene un sueño. Está bien, no es tan niño. Un joven tiene un sueño. Bueno, no es un sueño, es una pesadilla o algo así por el estilo de lo que da miedo, lo repelente onírico. Van caminando varias personas por una avenida que desciende, entre ellas una niña de seis años; la niña va en triciclo, no anda como los otros. La pequeña le pregunta al niño joven del sueño pesadilla que si puede bajar rápido, como en las carreras. "Sí, dale en picada, no te preocupes, ahora está despejado de carros". Los papás de la niña aprueban el permiso del soñador, sólo se sabrá que son los papás de la niña al final del sueño. La niña baja a toda velocidad por la pendiente hasta que llega a una esquina y un carro, que sale de la nada (cosas de los sueños), la atropella. Cuando los otros se acercan a mirar quedan sorprendidos por la escena. La niña del triciclo está dividida, piernas y cintura por un lado y torso con brazos del otro. No hay sangre, es como si la niña fuera de esponja, por dentro está toda porosa, su cuerpo es de hule espuma y el rostro que tiene ahora es de muñeca de fayuca. Los papás de la niña dicen "¡Mi hija!" al unísono, pero no lloran. El que da permiso intenta unir a la niña mas ésta se deshace cuando la tocan. De repente todo es tan absurdo y uno se despierta del sueño.

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