sábado, 7 de mayo de 2016

La tabla

Un muchacho iba pasando por el frente de una casa cuando del interior salieron unos gritos horribles, parecía que estaban matando a alguien. El muchacho se quedó parado sin saber qué hacer exactamente, entrar o pedir ayudar, pero no se veía a nadie alrededor. A los pocos segundos un niño salió corriendo, lloraba y de su nariz salía sangre. El pequeño se escondió detrás del muchacho, acto seguido salió una mujer más o menos joven, traía en la mano una tabla, todo indicaba que era éste el instrumento con el había sido maltratada la víctima. Con la mano el muchacho le hizo la señal de que parara: "¿Qué te ha hecho el niño, mujer, por qué lo golpeas?", preguntó. Los ojos de la mujer se pusieron tan rojos como la sangre que salía de la nariz del infante, le contestó al muchacho: "¡Es mi hijo, hago con él lo que quiero, tú no te metas, sigue tu camino si no quieres salir afectado!". Aunque por un momento el muchacho pensó que la mujer tenía razón, una madre puede reprender a su hijo, inmediatamente borró este pensamiento, no existía travesura tan terrible para que mereciera tal castigo. "Mujer, creo en lo que me dices, tú eres su madre, sin embargo ya es suficiente, no puedo permitir que sigas golpeándolo, te denunciaré con las autoridades del pueblo, estás cegada por la ira, ¿cuál fue el crimen de tu hijo, por qué tanto odio? No me moveré de aquí hasta que contestes y te calmes". La señora se enfureció más, se lanzó con la tabla hacia el muchacho, éste la inmovilizó y le quitó el arma de madera, ya en el suelo le torció los brazos porque la mujer se movía como poseída, puso la rodilla en su espalda, sin golpearla. En ese momento salieron los vecinos del lugar, vieron la escena y, sin pensarlo, se abalanzaron contra el muchacho, el niño había huido aprovechando la confusión. La mujer les dijo que él la había sometido, que la quería violar y otras mentiras, los justicieros cada vez eran más, algunos no sabían ni porqué estaban ahí maltratando al muchacho, simplemente seguían a la muchedumbre enardecida; lincharon al joven, primero lo golpearon hasta cansarse y luego le prendieron fuego, para que aprenda, dijeron. La mujer continuó en la caza del hijo con tabla en mano, castigarlo era el objetivo. 

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