martes, 11 de junio de 2013

Narcolepsia

  Una mujer, un cuarto y palabras. ¿Eres una diosa que trata de decirme algo, es una anunciación? Súbitamente, cuando dormimos todo llega así, repentinamente, y se va, derrapando.  Letras, bestias, paredes, súbito.  Un vestido blanco te cubre transparencias, son recuerdos,  provocativa en el cuerpo dormida, en mi cuerpo dormida provocando la mente. Son recuerdos.  Tus cabellos flotan  libres junto a mis ganas. Oculta  de deseo, los ojos cerrados,  una tranquilidad de serpiente al acecho tengo.  Jamás en esta noche de todas las noches un sueño de todos los sueños había sido concebido con tal cantidad de notas y arreglos y notas que te extraño porque me arreglo. Me despierto en el sueño y te miro, porque yo duermo en mi sueño y te miro en sueños y me despierto. ¿Duermes todavía? Duermo. Susurro un ritmo en el tambor de tus ojos cerrados, irremediablemente clausurados en el sueño tus ojos son cuerdas dormidas, morbosamente sellados para el arco de mi contrabajo. El  cuarto blanco, blanco concha nácar cicatrices de tiempo, el rojo de las letras se ha corrido lento  por las paredes y un zarpazo de bestia amenaza, ¡es el fin, es el fin! Lo he olvidado en el camino hasta aquí, camino dormido, durmiente caminata junto a tus ojos vedados, no es temporada para pescar tus ojos.  Hay sangre en las paredes y no sé de dónde proviene, ¿será del rojo piojo del amor? Pero no incómoda, es parte del sueño, sueño contigo, de ti se trata. Tú te levantas con esos ojos sellados.  Acaricio tu mejilla con mi mano larga y mis dedos largos que son arcos y que tocan y te tocan. Ya no eres tú la mejilla, eres la otra mejilla, la que pongo yo. Un rostro inmundo se ha llevado a la divinidad que tenía junto a mí, ella me tiene porque te tengo.  El  cadáver viviente   ríe y pide un abrazo, se lo doy, me doy. Sudando despierto y corro y escribo. Escribo el  sueño para no olvidarlo. La luz matinal entra burlándose de la noche. Las siete de la mañana anuncian que duermes lejos de aquí,  o quizás te encuentres despierta con los ojos cerrados. Y yo toco, toco fuerte en los ojos.


                                         Fotografía y texto: Caliche Caroma.

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