viernes, 31 de octubre de 2014

Las palabras son lo que yo quiera

  Calaveras en México, tengo una visión, tautología no lógica, noviembre se tiñe el cabello, las puntas azules, las tablas de la verdad para esta casa de campo que se consume en mi mente, Moisés el estilista llama a los bomberos. ¡Oh dios de las minúsculas, creo en ti cuando la voz se me pone ronca! Es inconcuso, lo cierto: cierto-cierto. Habrá quien diga, "Se equivocó, es inconcluso". Groserías fantasma para ése, lisuras calabaza para aquél, altisonantes borrachos contratados como meseros para mi boda zoológica, interjecciones sin sentido para la real academia de policías, abracadabra patas de cabra con uñas muy largas, de hecho es pezuña, arañazos y buches de agua oxigenada. Soy un brulote y me arrojo contra las camionetas de valores, mi arma es un saxofón prestado con la boquilla al revés, toco la más moral de las marchas. Me gusta que llueva en lo que escribo, mucha agua del cielo cayendo en la hoja. Un marciano duerme en el sillón de la sala, ¿ya desayunó el licenciado en cuestión? Dos veces el recurso hidrológico, estoy cayendo en la repetición de elementos, dislexia del estado del arte de los pobres. Las palabras están compuestas de lo que yo quiera. Chuecos los dientes del que aquí escribe, lo digo porque ayer vi en la calle un anuncio que decía "¿Dientes en mala posición? No se preocupe más" y así lo hice. Retórica frente al espejo a las cuatro de la madrugada en un hotel de Culiacán. Hago mucho ruido, muevo la cama, lavó mi ropa sucia en el baño, bailo un zapateado. Brueghel, joven-viejo, me dice desde el otro cuarto "Ya duérmete". Estoy soñando con barcos en llamas. Le hablo a mi madre que está lejos, en el piso de abajo, busco algo de cenar en su cocina, lo que sea, como rata, como rata, como rata. Repetir tres veces las cosas, símbolo macabro del buen Pedro. Sí, es un presidente, pero no tiene la culpa el indio ni los españoles ni la tercera raíz, mucho menos los chinos masacrados en Tijuana. Nadie tiene la culpa, la culpa es un invento de Nietzsche para pelear con los cristianos. Te lo digo yo que estoy bautizado y estudié a mis cuñados mientras se bañaban. Sí, esto es una pipa para fumar tabaco, sí, es orgánico. Vamos a fumar la malva mientras los mocosos se manosean. Un pastel mirífico: fresas, duraznos, chocolate, águilas, serpientes, crema batida. Pérfido percebes que no trae los refrescos de la tienda, los frescos productos de las sombras. Parto, me voy, estoy loco, reluctancia total.

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