miércoles, 19 de noviembre de 2014

Pitágoras

  Este cielo multicolor, vivo, que se retuerce cromáticamente, es para ti. Un avión toca un bajo, un satélite juega a las escondidas, una estrella fugaz pasa, ¿seré yo el que pasa? ¿Qué pasa? Ruido lento, gusano sonoro, como en una gelatina; dentro del plasma tembloroso en el que me muevo suenan esferas metálicas, la gravedad de la música que soy horada el espacio: sinestesia melódica de un hoyo negro. No puede ser tan malo. Escucho al universo, el que está dentro, aquí, en mi pecho. Preciosismo en la mitad del desierto, es que me acuerdo de ti, soy tan efímero, es por eso que vuelo cuando miro hacia el cielo. La luna, no he dicho nada de la luna, será porque estoy parado en ella, quizá.

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