sábado, 3 de enero de 2015

Huidobro me presta el inicio

Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!
Hacedla florecer en el poema.
Que la hoja y la espina se rompan,
se quiebren en sus manos.
El mejor de los regalos, pero no tan caro.
¡Compradla en el mercado!
Neruda viaja en carro, el olor,
ese buqué del enamorado.
¿Lo entienden poetas? ¡Tú, atarantado!
¿Habéis florecido en el pantano?
Una rosa bastará para enredarlos,
compleja situación del objeto y lo nombrado.
Ser es ser percibido,
Diógenes le lanza dioses a las flores.
La semilla de la descripción,
¡no! El momento de la aparición.

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