jueves, 29 de diciembre de 2016

Señalamientos putrefactos

No he hecho todo en esta vida, ¿hay otra? Es lo que me escribió el maestro de historia cuando le entregué el ensayo de mis días. Cacofonía de los sesenta y seis a la mitad. Las señales indican que soy, ¿qué soy? Vendo miserias, ocho por cinco, horas en las que soy una puta mal parida con las nalgas peludas y un grano en la punta de la verga. Qué bueno que los otros saben bien de las palabras: dignidad como liga. Sólo no quiero que me salpiquen con sus consignas baratas, hace mucho tiempo que dejé de vivir de la respiración de boca a boca. Tengo nada y una aguja para el camello de la verdad. ¿Quién vendrá a explicarme mis pasos? Yo opino pienso creo veo la luna a medio día, ¡una coma por el amor textual!

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