viernes, 26 de febrero de 2016

Pastiche Cabroma

Caliche ha muerto, ¡que viva Caliche! Porque es con poesía como debemos darnos a entender. La palabra es la madre de todos los vicios del lenguaje, los analfabetos amarillos con ojos de serpiente también son sus hijos. Y más vale un poema a mano que cientos de cuartillas impresas a doble espacio, tipografía Times New Roman, sangrado y justificado.

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