martes, 29 de julio de 2014

  El aguacate es un poema que el verde ha comenzado, la Selva Negra arrasada por un torbellino de ambición que proviene de Tancítaro, la verdadera capital del desenfreno pseudo vegetariano, el aire violento y emprendedor rasura los árboles desde la raíz, es la maldición del agricultor del dinero. Abono, jornaleros, camionetas de lujo, empacadoras, corridos y secuestros. Así las cosas en Alemania, cuando se guacamoliza al Dasein.

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