miércoles, 26 de febrero de 2014

  Es la montaña, eso es, y tu mirada y los esporádicos abrazos, la que me da salud y paz. Los ojos tuyos ya no puedo dejar de mirarlos, hasta los semáforos en rojo me hablan de ti y choco aunque carro no tengo, cómo choco. Es la montaña, eso es, eres tú. En la ciudad y en el campo, en todas absolutas partes te recuerdo. Es la montaña, eso es.

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