viernes, 28 de febrero de 2014

Morirnos unos a otros como yo los he amado

  Lo mejor sería la pena capital para el total de la humanidad, si es que tanto nos gusta la muerte sirvámonos con la cuchara grande, que comience la matanza, de hecho ya comenzó con el huevo y la gallina. Pasar por cuchillo a los cuellos todos: con o sin corbata, femeninos o masculinos, homosexuales o lésbicos, extravagantes o conservadores, indefinidos o normales. Cuando los dioses y las predicciones de profetas misteriosos han fallado, cuando a la naturaleza no le quedan más fuerzas para terremotos-huracanes-inundaciones, cuando los meteoritos y los seres destructivos de otras galaxias quedan mal, entonces ha llegado, es hora de morirnos unos a otros, morir como ejecutar. Hay un problema, ¿quién exterminará al último de los asesinos? El tiempo es nuestro sicario, nosotros somos el tiempo, dentro de nosotros está nuestro propio verdugo.

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