viernes, 21 de febrero de 2014

  No soportaba la quemazón, el dinero le picaba las manos, los huevos con comezón. Se lanzó a la Zona, pagó una, luego otra y otra más. También pagó a algunos cuantos. Condones, lubricantes, nalgas moradas, borrachos, policías, cinturitas, esa larga y terrorífica lista que describe a la prostitución y a sus personajes. Escohotado tiene un libro sobre la prostitución, se acordó, Rameras y esposas, creo que así se llama, se dijo a sí mismo mientras veía cuánto le quedaba. Las tetas no papi, son doscientos más, le dijeron varias veces. El cuatro letras olía a heces y a desinfectante. Al mes siguiente compró eritromicina porque era alérgico a la penicilina.

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