viernes, 24 de abril de 2015

Vástago

  El hijo que nunca tuve, ni tendré, nacerá lejos de mí, en un pesebre de oro o en un hospital, con dolor o bajo el agua, el parto ya tiene fecha, por eso parto. Estoy negado a la palabra papá, sustantivo repleto de piedras, es que el deber es muy pesado y soy el más débil de los fuertes, tengo anemia de cariño. Necesidad fisiológica de la que no tengo necesidad. La comadrona preguntará por el Señor y sólo habrá un silencio incómodo. Nacerá, este hijo potencialmente mío, sin saber que soy su padre, naceré también yo, insensible, como progenitor fortuito. Los regalos que jamás le daré se quedarán en las tiendas, ahí estarán en el aparador, la eterna espera del que no llega; miles de abrazos guardados en el sótano, la cabeza humana tiende hacia el análisis, hacer y ser, golfillos académicos se desgarran la toga por un poco de información, psicología de la familia trunca, la sagrada familia se desmoronó desde su aparición, Freud regalará puros con cocaína en la sala de espera. Qué invento tan pesado el de ser un Adán que suda sangre, una vida por otra, el sacrificio perpetuo, la magia de la vida, prestidigitación darwiniana, si nada más fue una vista panorámica del paraíso, no es para tanto. El yugo de la responsabilidad en el cuello, te queda bien ese collar, y los pañales sucios y los que hay que comprar o los lavables para no contaminar, los no puedo dormir, te toca a ti, y las infidelidades a la primera oportunidad porque ahora ya estás gordo, no te arreglas, y los parientes castrantes y la caída del pelo, por eso corriste Juan, y corrí, me corrí, eyaculé, vine a regar las flores en primavera, perdí. El amor guardado junto a los libros, empolvado, sí, te quiero hijo, por eso no estoy ni estaré. Pataditas en la panza, luego más, las patadas del hambre, las patadas del ir a la escuela, las patadas de su rebeldía, creo que conozco la historia, hace años que dejé de ser un hijo más, me convertí en el primogénito de la incongruencia, en el hijo de la chingada que dejará a un pobre niño sin la figura paterna, triste historia que se repite una y otra vez, un eructo en la cara de dios, ¿quién ha visto al padre nuestro? Los amigos dicen que es lo de hoy, las madres solteras proliferan, es casi una moda, digo que no, que es más complejo de lo que parece, pero sigo en la huida, la madre está asumiendo su condición sine qua non, una batalla moral en el terreno baldío de la ética. Y luego lo demás, las cuestiones técnicas, seguro popular para los pobres de espíritu, largas colas bajo el sol, la cita del medio día, embarazo de riesgo, qué nombre tendrá, el ridículo y necesario baby shower, porque el capitalismo está en nuestro ADN aunque la sangre sea roja. Más adelante los gritos en el quirófano, felicidades, es un varón, es una niña, son gemelos, son trillizas. Agacho la cabeza, si una vez dije que no, el No que es una afirmación negativa, es decir, una contradicción, hoy me trago la lengua y muero de vergüenza.

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