lunes, 27 de abril de 2015

"Simple perversión oral" de Margo Glantz

  Dentro de las actividades de la Fiesta del Libro y la Rosa que organizó la ENES en conjunto con El Traspatio, Segundo Encuentro de Editores y Editoriales Independientes, se presentó el jueves veintitrés de abril a las siete de la noche el libro "Simple perversión oral" de la escritora octogenaria Margo Glantz.

  Con un lleno total en el Centro Cultural UNAM (Av. Acueducto #19 esq. Calzada Fray Antonio de San Miguel, col. Centro) y con la compañía en la mesa de Mara Rahab, Andrea Fuentes Silva y Mariana Masera se llevó a cabo la presentación, misma que cerró el primer día de actividades de esta fiesta cultural que concluyó el sábado veinticinco. El jueves veintitrés también se celebró el Día Internacional del Libro.

El libro "Simple perversión oral" está impreso bajo el sello editorial independiente La Caja de Cerillos, el prólogo es de Valeria Luiselli y está ilustrado por la catalana Carmen Segovia. La autora contó que este trabajo es parte de un proyecto que lleva gestándose más de quince años y que no ha podido terminar, "Tiendo a la procrastinación, aunque constantemente estoy metida en muchas actividades", dijo. Este libro trata de la espera en un consultorio dental, de ese tiempo muerto que puede ser considerado como una tortura. Margo Glantz comentó que a ella siempre le han interesado los temas que tienen que ver con el cuerpo, en su sobra hay registros que versan sobre el corazón, los pechos y otras partes de la fisonomía humana, específicamente el cuerpo femenino. La frivolidad que uno puede encontrar en estas salas de espera, los chismes de las revistas, las llamadas por teléfono y las conversaciones de las otras pacientes, que, como Margo, van al dentista con la esperanza de solucionar sus problemas bucales, pueden encontrarse en este libro. Glantz relata dichas experiencias con el trasfondo de las lecturas que a ella le gusta realizar en la sala de espera del dentista: Nietzsche, Thomas Mann, Balzac, etc., "Todo esto se mezcla en la narración, mis textos son autorreferenciales, me describo por medio de mis lecturas y de lo que veo". En esta obra se encuentra lo mundano y los trascendental entremezclados.

  Andrea Fuentes Silva, de la editorial La Caja de Cerillos, habló de los pormenores de este libro, del proceso de la edición y de las entrevistas que tuvo con la autora para la realización del libro. Entre otras cosas, comentó que fue muy enriquecedor haber trabajado con Glantz, a la que admira desde hace tiempo. A su vez, Margo Glanz dio cuenta de los conflictos que tuvo con la editorial, el mayor problema fue la sugerencia sobre el título, "Ellos me dijeron que recortaremos el título, que fuera Perversión oral, a lo que me negué rotundamente, es una Simple perversión oral, algo pequeño, lo otro suena a algo pornográfico, no me gustó". Entre risas las integrantes de la mesa aprobaron las palabras de la escritora. Además, Fuente Silva habló de la ilustradora Carmen Segovia, quien fue recomendada a Glantz, Segovia es una artista joven que viene con frecuencia a México, su obra tiene un lenguaje propio. Margo Glantz quedó prendada del trabajo de la catalana, "Hay correspondencia y diferencia, son dos lecturas del mismo tema, no sólo acompañan sino que enriquecen el libro", aseguro la autora de "Las Geneaologías" y de "Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador".

  Varios temas se tocaron en la mesa, Margo Glantz habló de sus preocupación por el cuerpo en dos vertientes, a saber, el cuerpo erótico y el cuerpo enfermo. También hizo referencia a otros temas que le han interesado durante su trayectoria, entre estos el que más le apasiona es el rescate de las mujeres escritoras como lo son Sor Juana Inés de la Cruz, Nellie Campobello y Elena Garro, quienes han sido obviadas en la historia de la literatura mexicana.

  El público aplaudió constantemente, Margo Glantz dio muestras de una inteligencia lúcida y mordaz, la anécdota y la erudición se mezclan en ella de una manera extraordinaria. Al terminar el evento la gente se acercó para pedir el obligado autógrafo y tomarse fotografías con la autora, aunque muchas de estas personas nunca había leído a Glantz, por algo se empieza.

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